Bujold sabe escribir personajes interesantes, y tramas entretenidas con muchas variables, pero reconozcamoslo, no sabe captar el romance. Lo mismo ocurrió con el libro de Miles y su dama. Ivan en la serie Vorkosigan es el tipo buen mozo, de buena cuna, simpático, pero que aunque despotrica contra su primo nunca quiere meterse en todos los problemas adicionales -y las responsabilidades- que entraña tener puestos demasiados elevados. Creo que muchos pueden identificarse con él, quien sólo quiere una vida cómoda, buena paga, pero sin muchas responsabilidades que descansen sobre su cabeza. Y en el caso de Barrayar con los dilemas de sucesión imperial y siempre al borde de guerra con los vecinos es una muy buena posibilidad. ¡Y qué ocurre cuando uno de sus primos lejanos le pide ejem seducir salir con una una chica, cobrando un favor? Pues un problema detrás de otro para él. Hubo momentos en el libro que me dejaron boqueando de horror por cada cosa que ocurria en rápida sucesion.
Lo extraño es que siendo un libro de Ivan Vorpatril, terminemos pensando que es un libro acerca de Tej, la chica de la invitación. O sea pudo sacarse más jugo a los pensamientos de un Vor con ideas diferentes al hiperactivo Miles, pero no es asi. Se deja arrastrar por todos los acontecimientos, con esa dinámica mental de dejar que todo pase. Lo que bien pudo terminar en un desastre y me extraña que Gregor no haga mucho más por enviarlos lejos por 30 años por lo menos. Un laboratorio cetagandes en medio de la capital... Simon, By... what the hell! cualquier cosa pudo haber escapado de alli.
En sólo una pequeña parte deja ver un pedacito de sí:
“You know,” and somehow, probably because of the damned rain, Ivan’s mouth went off on its own: “I’ve always wondered why nobody ever notices that lots and lots of girlfriends entail lots and lots of breakups.” Enough to learn all the road signs by heart, yeah.
By’s eyes opened; his brows climbed. “Huh. You never seemed to point up that part.”
“No.”
La trama es lo que lleva el peso del libro, y la familia de Tej hay de que decirlo.